¿Por qué tu tienda online no vende?
¡Listo! El sitio web está listo, todo tu catálogo está arriba y te has asegurado que cada producto coincida con su fotografía. Le das clic al botón de “Publicar sitio” y te relajas mientras te saboreas los cientos… no, ¡miles de ventas que comenzarán a llover en cualquier momento! Curiosamente ese “cualquier momento” se empieza a convertir en horas, y las horas en días y los días a meses
¿Pero qué pasa? ¿Por qué tu tienda en línea no está funcionando si seguiste las instrucciones al pie de la letra? Desafortunadamente, las instrucciones son solo la punta visible del iceberg. Para que una tienda en línea realmente funcione y genere ventas, se deben de considerar muchos factores además de incluir una estrategia sólida que la respalde en todo momento. Pero comencemos con lo más básico.
La intención de una tienda online se puede resumir en 3 actividades principales:
- Informar sobre todos tus productos y las propiedades de los mismos
- Acompañar al prospecto mientras elige los productos de su preferencia
- Presentar las opciones de pago para que el cliente culmine la compra
¿Suena fácil, no? Sin embargo, aún cuando las actividades principales son bastantes simples hay muchos elementos (errores) que tienden a propiciar a que aún cuando el prospecto ya está más que decidido a realizar la compra tenga un momento de duda… y no existe nada peor que la duda para las ventas en línea.
Habiendo establecido lo anterior, el primer esfuerzo que tenemos que realizar para que nuestra tienda online funcione es eliminar todos los detonadores de duda posibles. Una vez que nuestra tienda esté curada de estos detonadores, es ahí cuando comenzaremos a detectar la magia de las ventas online.
Conozcamos entonces los factores que, según múltiples expertos, son los que más dudas generan dentro de las tiendas en línea:
- Ficha del producto: Dimensiones, funciones, tallas, materiales, detalles técnicos e imágenes que retraten los diversos ángulos del producto que quieres vender. Si al prospecto no le queda claro qué es lo que se supone que va a comprar… aumentan las posibilidades de que no lo compre.
- Precio exacto: ¿Cargos inesperados? ¿Gastos de envío? ¿Impuestos adicionales? Debemos intentar ser lo más claros posibles a la hora de presentar los precios de nuestros productos. A nadie nos gusta emocionarnos por estar a punto de comprar algo que nos encantó solo para darnos cuenta que el monto casi se duplica al momento de realizar la compra.
- Experiencia del usuario: ¿Te encanta que tu tienda en línea tenga pop-ups, botones y banners por todos lados? Lamentamos decirte que estos esfuerzos adicionales por llamar la atención de tu prospecto digital no están haciendo más que estorbarle su proceso de compra. Si presionas demasiado a alguien para que te compre, saldrá huyendo de tu tienda para nunca regresar.
- Tiempos de entrega / devolución: Si no eres claro con tu información, alguien podría realizar una compra en tu tienda y su pedido no solo se tardó más de 6 meses en llegarle sino que además no era de su talla y en tu sitio no hay información sobre cómo regresarlo.El haber omitido información de entrega o políticas de devolución te quemó con tu cliente, con el resto de su familia y amigos, sus colegas del trabajo y su equipo completo de fútbol.
- Ausencia de asistencia: Si la idea es evitar las dudas ¿por qué no tener a un asesor digital que las pueda resolver en tiempo real? Existen muchas opciones, desde softwares / bots de atención al cliente hasta ejecutivos reales que monitorean la tienda en todo momento, que promueven la resolución de dudas para que el prospecto pueda realizar su compra con toda la tranquilidad del mundo.
¿Te parece lógico lo que acabas de leer?
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